EL EFECTO PIGMALIÓN

 EFECTO PIGMALIÓN




¿Qué es el efecto Pigmalión?
El efecto Pigmalión es el poder que nuestras expectativas tienen sobre otras personas, haciéndolas capaces de cumplirlas. Es decir, actuamos en función de lo que pensamos que otros pueden lograr. 


En función de nuestras creencias o  educación se van moldeando nuestras esperanzas sobre el mundo que nos rodea. De esta manera haremos siempre lo posible por alcanzarlas tanto si son bajas como si son altas. 
Por tanto, si creemos que una persona puede alcanzar una meta u objetivo, haremos todo lo que esté en nuestra mano para animarle para que lo consiga. 
Lo mismo pasa con los aspectos negativos. Si creemos que alguien no tiene un rendimiento óptimo nos comportaremos de tal modo que conseguiremos que esa persona obtenga unos resultados malos. Nuestras creencias negativas también se ven reflejadas en los resultados negativos de otras personas. 

Hay varios tipos:

Positivo:
la persona es motivada e impulsada a conseguir sus metas. Se da dentro del marco de la realidad, sin crear falsas expectativas.
El objetivo es potenciar la autoconfianza mediante la motivación. La persona implicada se pone a prueba y esto potencia su autoestima. 
También favorece la resiliencia ya que ante el fracaso, al haber sido estimulado de manera educada lo afrontará positivamente. 

Negativo:
Retrasa o anula el crecimiento de una persona. Una de las formas más comunes en las que se manifiesta es mediante las etiquetas. Al catalogar a una persona con adjetivos despectivos, automáticamente esta se los crea de tal forma que limita aquellas aptitudes que podría llegar a desarrollar. 
El principal problema de etiquetar a las personas es que es muy complicado que estas etiquetas desaparezcan ya que a medida que va pasando el tiempo la persona se reafirma cada vez más en ellas.


El efecto Pigmalión en la Educación

Aquellos profesores que tienen expectativas altas en el rendimiento de sus alumnos, les dan las herramientas necesarias para que consigan lo  que esperan de ellos. Sin embargo, aquellos alumnos que tienen bajo rendimiento obtendrán resultados mediocres sin importar cuan competitivos sean en comparación con el resto de sus compañeros. 
Es en el campo educativo donde el efecto Pigmalión se hace más presente. Es importante detectar estas interacciones nocivas con tiempo para tomar las mediadas necesarias para evitar que sigan aumentando estas dinámicas. 

Aplicaciones que tiene en el aula y en el ámbito educativo:

  • La responsabilidad del efecto Pigmalión no solo cae en el profesor sino también en los padres y en los alumnos. 
  • El profesor tiene que mostrar siempre una postura neutral en las situaciones de cada alumno para evitar emitir juicios sobre dicho alumno sin conocer el entorno que rodea dicha situación.
  • Es recomendable evitar las etiquetas ya que ningún niño ha de creer que es algo que no es. 
  • Hay que fomentar el desarrollo individual y el colectivo para crear un ambiente en el que se espere lo mejor de todos partiendo desde las capacidades individuales de cada uno.
  • Hay que establecer canales de comunicación sinceros.
  • Se tiene que apostar por una educación integral en la que todos los alumnos participen y saquen lo mejor de ellos mismos.
  • Crear dinámicas donde se trabaje en equipo. 
  • Recompensar de manera justa los logros respetando las características individuales de cada alumno.
  • Hay que establecer actividades que fomente la autoestima.
  • Potenciar las habilidades en las que cada alumno destaque. 
  • Las expectativas positivas han de estar basadas en un base sólida en función de cada alumno. 

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